Argelia ha adoptado una política macroeconómica apropiada acompañada de unas reformas estructurales y de una situación financiera favorable que le han permitido recobrar su estabilidad y su dinamismo económico.

Con unas riquezas naturales considerables y diversificadas, especialmente en el sector de los hidrocarburos en el que es el primer productor y exportador en el Mediterráneo, Argelia ocupa el 15º puesto en materia de reservas petroleras en el mundo (45 mil millones de toneladas equivalentes a petróleo para las reservas de petróleo probadas), el 18º puesto en producción y el 12º puesto en exportación. Sus capacidades de refinería pueden alcanzar 22 millones de toneladas al año. En cuanto al gas, Argelia ocupa el 7º puesto a nivel mundial en materia de recursos probados, el 5º puesto en producción y el 3º en exportación.

Verdadero gigante energético, Argelia posee en su subsuelo inmensos yacimientos de fosfato, zinc, hierro, oro, uranio, tungsteno, caolín, etc., y está abriéndose a otros campos de actividad que ofrecen grandes oportunidades de inversión.

Durante estos últimos años, el boom del petróleo y la posición exterior del país le han permitido asumir el pago anticipado de la deuda externa, invertir en grandes proyectos de infraestructura y mejorar los indicadores humanos, alcanzando así estabilidad socioeconómica y prosperidad.

Tercera economía de la región Medio Oriente y África del Norte (MENA), Argelia forma parte de los países que redujeron la pobreza en un 20% en 20 años y continuando en la misma senda, el Gobierno ha tomado unas medidas significativas para mejorar la vida de sus ciudadanos, desarrollando unas políticas sociales conformes a los objetivos mundiales de Naciones Unidas.

En materia de desarrollo humano, Argelia ocupa actualmente el puesto número 83 sobre un conjunto de 188 países, según el índice de Naciones Unidas.

La esperanza de vida al nacer aumentó en 16,6 años y la duración promedio de escolaridad en 5,8 años.

Con una tasa neta de escolarización en primaria de 97,5% en 2015 (y de paridad de sexos), también en la enseñanza superior, Argelia alcanzó el objetivo de escolarización universal. Ello no impide que el Gobierno tenga que mejorar la calidad de la educación, como lo señala el informe PISA de 2015.

Sin embargo, desde 2017, el crecimiento se ha ralentizado bajo el efecto de una disminución de la producción de hidrocarburos en un 1,4%, y de la fuerte bajada de los precios del crudo, lo que redujo el crecimiento del PIB real, colocándolo en un 2,1%, frente al 3,3% registrado en 2016.

La persistencia de los cursos internacionales del petróleo ha obligado a una modificación de los modelos económicos y ha conducido a una serie de reformas en los países exportadores de petróleo de la región MENA. Argelia, como sus vecinos, sufrió un déficit presupuestario superior al previsto para 2017 y tuvo que recurrir a sus reservas y ahorros con el fin de proseguir sus políticas económicas y sociales, especialmente las referentes a la vivienda. 

No obstante el déficit, las importaciones aumentaron ligeramente en 2017 (+2,7%) frente a las exportaciones que registraron una subida consecuente de 16,5%.

El paro aumentó 1,5 puntos entre septiembre de 2017 (11,7%) y septiembre de 2016 (10,5%). Esta subida se explica por la lentitud del crecimiento del sector fuera hidrocarburos y, en parte, por el hecho de que en algunos casos, entre las personas con instrucción, un gran número de jóvenes y mujeres se toma un tiempo para buscar un empleo del sector formal que responda a su perfil profesional.

Para paliar a esta situación, el Estado y el sector empresarial público y privado están trabajando para fomentar la diversificación de la economía, abriéndose a otros campos de actividad que permitan un crecimiento sostenido, creador de empleo.

En efecto, se espera un crecimiento rápido para 2018, como consecuencia de la expansión presupuestaria y la realización de nuevas inversiones públicas anunciadas en los presupuestos de este año. Con ello la tasa de crecimiento del PIB rondaría el 3,5%. 

A pesar de la situación actual, el dinamismo y las profundas mutaciones económicas operadas en Argelia han hecho del país un destino privilegiado de las inversiones y de las grandes firmas internacionales que se benefician de un clima de negocios favorable con un marco jurídico estable